domingo, 9 de octubre de 2016

Mustang GT

En el garage de Autoblog: Ford Mustang GT









“¿Cuándo van a traer el Mustang a la Argentina?” Durante años, la pregunta insistente –molesta, casi berrinche- se convirtió en la pesadilla de los directivos locales de Ford. Cada entrevista que Autoblog mantenía con alguno de ellos, finalizaba de manera inevitable con el mismo interrogante.
Hasta Enrique Alemañy, presidente de Ford Argentina, admitió que ya no sabía cómo esquivar la pregunta.
Hasta que, por fin, el Mustang llegó al país. Ya está a la venta. Ya lo manejamos en California. Ya lo aceleramos en el Autódromo de Buenos Aires. Ya tuvo su propio museo en Palermo. Y hasta tiene su tema oficial, compuesto por Catupecu Machu.
Pero nada, absolutamente nada, nos había preparado para recibir este e-mail:“Tenemos un Mustang para que pruebes una semana, ¿qué fechas te convienen?”
Primera reacción: euforia, alegría, contárselo a mi hijo, al grupo de amigos de WhatsApp, cancelar todos los compromisos, gritarlo como un gol.
Segunda reacción. Responder con el tono serio, objetivo y profesional que -se supone- debe tener un periodista de raza: “Dejame ver, creo que le puedo hacer un lugarcito en mi agenda esta semana”.
Tercera reacción. Pánico, ansiedad, falta de aire. ¿Qué voy a hacer durante una semana, con un auto de 95 mil dólares, que cuando lo manejás a fondo consume 46 litros cada 100 kilómetros, en un país donde es imposible manejarlo a fondo y que es más llamativo que una autobomba con sirena?
Eso me pasa por molestar tantos años. Siempre con la misma pregunta. En el fondo, este V8 blanco, con 421 caballos, que ahora mismo está parado –esperándome- en mi garage, es la clase de problema que siempre quise tener.

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